Un cuerpo cansado se repone con unas cuantas horas de sueño. Sin embargo, una mente cansada requiere de mucho más tiempo. El desgaste tanto físico como mental es inevitable, es ley de vida. (Nacemos, crecemos, envejecemos y morimos). E intentar ir en contra de esto, es ir contra natura. Nada es para siempre y me alegro de que así sea, porque no se puede tener todo. Y como seres humanos somos insaciables, así que, a la postre una vida eterna creo que nos condenaría al sufrimiento. A veces en la resignación, se encuentra la paz o simplemente lo bello.
Lo que hoy me atañe es el desgaste físico. Y es que el cuerpo
a modo general funciona como un dinamo y a la vez como una batería. Somos perfectos y cuando queremos muy sutiles. Nuestros
movimientos mecánicos generan electricidad y esta electricidad se traduce en
energía que nuestro cuerpo almacena. Y hemos de tener en cuenta que el tipo de
movimiento es importante, ya que influye en el carácter y en la manera de afrontar
el día a día.
Algo tan sencillo como:
- Mirarte en el espejo y sonreír, especialmente por la mañana. Es algo que puede cambiarte el día, porque te hace consciente de la cara con la que vas a mirar a los demás. Así que, si tu empiezas el día mirándote mal, al resto no me imagino como lo mirarás y siendo consciente de ello, en algún punto cambias haz de cambiar el chip. Porque según des será lo que recibirás.
- Estirar los brazos hacia atrás sacando el pecho, te permite inspirar una gran bocanada de aire, para oxigenar la sangre y el cuerpo. Esto genera sensaciones positivas, tranquilidad y relajación.
- Saltitos al despertarse que se comprenden como energía cinética producto del movimiento. No solo activan la circulación, sino un estado de seguridad que te ayudará a afrontar días duros o difíciles.
- Estirarte en algún punto del día te ayuda a liberarte del estrés que vas acumulando de una manera gradual y al final del día no te sentirás tan cansado.
- Ejercicios isométricos que implican tensión muscular sin movernos del sitio. Simplemente contrayendo algunas zonas puntuales también activan nuestra circulación músculos y estados de bienestar.
Con algo tan sencillo como estos movimientos que van desde los músculos faciales hasta movimientos isométricos. Notaremos una mejoría increíble en nuestro día a día de una manera gradual. No es mágico, no va a suceder de la noche a la mañana. Sin embargo, la constancia, nos acercará a la satisfacción. Podría referirme por otro lado al Yoga y otras vertientes, pero quiero mantenerlo fácil y rápido. Algo que puedas hacer en cinco minutos sin mucha parafernalia.