El objetivo de recortar las calorías, es estar delgado. Se sabe que pesar de más o, lo que es lo mismo, tener un exceso de grasa corporal aumenta el riesgo de cáncer de mama, puesto que la grasa es una fabrica de estrógenos, y precisamente un bombardeo constante de estrógenos dentro de nuestro propio organismo es lo que al parecer, acaba haciendo que el tejido mamario se convierta en canceroso.
Las pruebas son muchas. Los estudios confirman que después de la menopausia, cuanto mayor es el sobrepeso de una mujer, mayor es el riesgo de padecer cáncer de mama. Por lo que el riesgo de sobrepeso y la propensión de padecer cáncer están directamente relacionados entre sí, y se agudiza este riesgo especialmente a partir de los 40 años.
Se sabe que las mujeres que han engordado 10 kilos o más en un período de entre 5 y 10 años antes de la menopausia duplican sus probabilidades de sufrir cáncer de mama en comparación con otras mujeres que han mantenido en equilibrio su peso, según un estudio publicado por "Journal of the National Cancer Institute"
Sin embargo adelgazar en la década anterior a la menopausia se asocia a un 30% menos de posibilidades de desarrollar un tumor en el pecho. Por lo que mantener un estilo de vida saludable respetando nuestra alimentación y haciendo ejercicios, nos ayudará a alejarnos de la zona de riesgo de padecer está enfermedad.
Fuente: Prevenir Extra Nutrición.