Muchos días me he levantado pensando sobre un hecho subjetivo en concreto en modo bucle. Y es que pensar demasiado, como a muchos se me da de lujo. Sin embargo me he dado cuenta que un porcentaje bastante alto de esas veces, en los que he abusado de la razón y el pensamiento, me han llevado a errar en mi conclusión. No se trata de que pueda ser una persona cuerda o más o menos astuta. No se trata de tener la razón. Creo pueda ser una cuestión de "Filosofía Hereditaria"
Filosofía Hereditaria, porque heredamos un poco tanto las
manías, como la filosofía de nuestros mayores. Después de todos ellos nos
educaron y por rebelde que podamos ser, siempre tendremos algún parecido con
ellos. Incluso cuando no estemos de acuerdo e intentemos hacer las cosas a
nuestro modo o comportarnos de una manera diferente por intentar hacer de una
manera diferente lo correcto. Y aunque las palabras no lo hagan, los gestos sí
que nos delatan, eso es un hecho.
Y es que más de una vez has escuchado un refrán que reza.
"Prepárate para lo peor y espera lo mejor" Ese refrán lo estoy
escuchando desde que era un niño. Y para cuando solo esperaba lo mejor,
simplemente por ser un niño, que como cualquier niño vive lleno de ilusión. Un
casi lapidario "Te lo dije" Era lo único que premiaba mi falta de
precaución. Y así he crecido y así he vivido, regido por esta "Filosofía
Hereditaria" Que parece premiar más la precaución que el éxito o los
logros personales. Y así he pasado una buena parte de mi vida previendo cosas
que nunca sucedieron, planteándome estrategias y argumentos que simplemente
quedaron en nada y menos. O porque de tan precavido estuve pendiente de esas
famosas "Señales" que más que no que llegar, parecen siempre llegar
tarde. Y a pesar de que te preparas para lo peor. Nada te prepara para cuando
tu pareja te dice que no eres tú, que es ella y que vuestras vidas deben tomar
caminos diferentes. Nada te prepara para afrontar la quiebra de tu negocio ese
que habías abierto hacía solo un par de meses y tuviste que cerrar por la
pandemia del Coronavirus, ni siquiera un seguro de salud o de defunción te
puede preparar para una enfermedad terminal o la muerte.
Sin embargo, no todo es tan terrible como parece. Nacimos
preparado para lo peor. Cada uno de nosotros fue el único que lo consiguió de
entre todos los millones de espermatozoides que se presentaron a aquella
audición (aunque a veces lo pienso, si yo fui el mejor, me pregunto por el
resto jejeje). No importa, no pensar en eso. Fuimos los Usain Bolts, los Rafael
Nadal, Carolina Marín todos hemos batido ya un primer récord. Sin estar
preparado para lo peor, pero mejor aún sin saber lo que nos depararía el futuro
incierto. Y aquí estamos y aquí seguimos. Preparados para lo mejor y dispuestos a vivir echando
el resto.
No es lo que piensas, es como te sientes al respecto.