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jueves, 22 de diciembre de 2022

Diabetes. El origen.

 






Diabetes. Naturaleza de la Enfermedad.

En términos generales, la diabetes es una enfermedad del metabolismo, en la que el organismo no se halla en condiciones de asimilar los glúcidos (azucares, hidratos de carbono) de la alimentación. En el intestino se transforman en glucosa todas las clases de féculas ingeridas con los alimentos. La glucosa procedente del intestino ya no se transforma en el hígado ni en los músculos de los diabéticos en forma de glucógeno, sino que simplemente es eliminada por la orina. La presencia de glucosa en la orina es el síntoma característico de dicha enfermedad.

Normalmente, el hígado transforma la glucosa ingerida en glucógeno, que, de ser necesario por estimulo de la hormona suprarrenal, la adrenalina, es devuelto a la sangre y los tejidos en forma de glucosa. También los músculos contienen una buena reserva de glucógeno, siempre a disposición de cualquier esfuerzo. La capacidad de transformación del hígado y de los músculos se pierde en gran parte en el momento en que resulte perturbado el páncreas por una reducción o incluso supresión total de la secreción de insulina. Según hoy ya sabemos, la perturbación puede ser también debida a una producción excesiva de la hormona contraria, es decir el glucagón. Se presenta entonces una insuficiencia relativa de insulina.

En ambos casos, el organismo se empobrece en cuanto a glucógeno, es decir, en cuanto a azúcar en reserva. A la larga, ninguna célula puede subsistir sin azúcar. Constituye éste el combustible vital. Por lo que si el organismo no recibe azucares, la forma de las proteínas y las grasas. 

Las irregularidades de asimilación y los esfuerzos excesivos de compensación por el organismo conducen a un aumento de la cantidad de glucosa en la sangre. La falta de azúcar influye también en el metabolismo de la grasa, pues esta es “quemada en el fuego de los hidratos de carbonos” Pero sino puede ser desintegrada en su totalidad, los productos intermedios se acumulan en la sangre y hacen finalmente su aparición en la orina, como los denominados compuestos cetónicos. Estos son ácidos, que para su fijación y neutralización, agotan las reservas alcalinas de la sangre y acidulan, por consiguiente, la sangre (acidosis). El aliento huele a acetona. Además, la acetona actúa como narcótico y es causa del estado comatoso o perdida de conocimiento. La desaparición absoluta del azúcar en la sangre y los tejidos constituye un peligro mortal, pudiendo afectar especialmente el cerebro...

Fuente: La salud por la nutrición. 

La nutrición (el queso) y la depresión.


 


La depresión también muestra relaciones muy significativas con la nutrición. Esto se hace más patente cuando los enfermos son tratados con medicamentos antidepresivos o neurolépticos (antipsicóticos) que pertenecen químicamente a los inhibidores enzimáticos. Al ser inhibidores de enzimas, son incompatibles con ciertas clases de alimentos, por ejemplo, los quesos fermentados, los cuales pueden producir de hecho, graves complicaciones. Se han llegado a observar diferentes sintomatologías como dolores de cabeza, vómitos, taquicardia, elevación de la presión sanguínea etc.

Los bioquímicos opinan que ciertas clases de quesos contienen un aminoácido que se convierte por fermentación bacteriana en Tiramina (aminoácido que ayuda a regular la presión arterial, ocurre naturalmente en el cuerpo y se encuentra en ciertos alimentos.), la cual actúa como tóxico al acumularse en el organismo y no poder ser oxidada. Son precisamente los medicamentos inhibidores de las enzimas, los que impiden esa oxidación. Para las personas que estén bajo los efectos de estos medicamentos, un trozo de pan untado con queso fermentado podría resultar peligroso.

La vitamina B6 y la depresión.

La vitamina B6 es una vitamina hidrosoluble. Las vitaminas hidrosolubles se disuelven en agua por lo que el cuerpo no las puede almacenar y se eliminan a través de la orina, por eso es muy importante incorporarla a nuestra dieta. Es una de las responsables de producir glóbulos rojos ayudando al sistema nervioso a recuperarse en situaciones de estrés y ansiedad. En algunos estados calificados como humor depresivo, se observa también la falta de vitamina B6 que puede corregirse con medicamentos y a largo plazo con una nutrición rica en esta vitamina. Los alimentos que la contienen en abundancia son la levadura, los cereales integrales, el germen de trigo, la soja, las lentejas, los higos, las uvas pasas, las nueces, las espinacas etc.

Concluyendo: No hay nada malo en comer queso (NO ES EL ASESINO SILENCIOSO QUE ALGUNOS TANTO ASEGURAN) siempre y cuando su ingesta se haga de una manera moderada. Muchos se refieren a la curación del queso, como estado de putrefacción. Y que durante este proceso la proteína se pudre o deteriora, se acumulan las grasas saturadas y por ende pierde una gran cantidad de su valor nutricional. Algo similar se podría decir de la fermentación del vino y de otros muchos productos. Sin embargo no es así. Es simplemente una cuestión de sentido común.













miércoles, 21 de diciembre de 2022

El sueño...

 

Los mejores nutrientes para el sistema nervioso.

Para protegerse o curarse de las enfermedades nerviosas, no solo se necesita una alimentación adecuada. También se necesita luz, aire, sol, ejercicio físico y una vivienda sana. La vivienda además debe permitir la tranquilidad y un sueño sano y natural. Sin esto, es inútil un tratamiento dietético. Por ello, hemos de ocuparnos detalladamente del sueño.

El mejor alimento de los nervios: El sueño.

Desde los tiempos más remotos la humanidad conoce el enorme beneficio de un sueño reparador y desde aquellas lejanas edades, se preocupan los médicos, siglo tras siglo de que sus pacientes disfruten de ese beneficio, ya que constituye una premisa ineludible para la salud. Por eso, no puede ser sorpresa que los somníferos vengan constituyendo un elemento esencial en la farmacopea médica, así como de la medicina popular en muy diversas formas. Sin embargo, recurrir a los somníferos por no tener un hábito de sueño saludable puede ser un problema, porque estos derivan de un reducido número de compuestos químicos, que provocan un efecto narcótico completo. Y es que su primera acción es la anulación de la conciencia. A esto sigue la paralización de los centros cerebrales inferiores. Es el equivalente a si te dieran un golpe muy fuerte que consiguiera desmayarte, lo que a pesar de la inconciencia, no se denomina sueño.

 Sueño natural.

Durante el sueño se desarrollan poderosos y eficaces procesos de recuperación. Y precisamente es esa nueva acumulación de energía absolutamente necesaria la que en el “sueño” producido por somníferos falta por completo, ya que estos, al igual que los narcóticos, ejercen una acción paralizadora en el cerebro y en los centros del tallo cerebral y, lo que no es menos importante, en todo el metabolismo. A día de hoy no se conoce en realidad ningún somnífero, pues no se conoce ninguna materia capaz de provocar el sueño fisiológico, influyendo directamente en el centro del sueño en nuestro organismo.

 Utilidad de las plantas medicinales.

 El insomnio nervioso es un trastorno que reacciona muy bien a los tratamientos tranquilizantes a base de plantas medicinales, como la tila, la valeriana y el lúpulo. A la acción de estas plantas se debe unir el evitar las cenas abundantes. Se tomará un refrigerio ligero preferiblemente a base de frutas, dos horas y medias antes de acostarse. Por supuesto se exige la supresión completa de todos los excitantes tóxicos (tabaco, alcohol, café, té, etc)


Consultar siempre la ayuda de un profesional. No automedicarse. Google no es médico. Ni este blog una consulta médica.