Algo tan sencillo como:
- Mirarte en el espejo y sonreír, especialmente por la mañana. Es algo que puede cambiarte el día, porque te hace consciente de la cara con la que vas a mirar a los demás. Así que, si tu empiezas el día mirándote mal, al resto no me imagino como lo mirarás y siendo consciente de ello, en algún punto cambias haz de cambiar el chip. Porque según des será lo que recibirás.
- Estirar los brazos hacia atrás sacando el pecho, te permite inspirar una gran bocanada de aire, para oxigenar la sangre y el cuerpo. Esto genera sensaciones positivas, tranquilidad y relajación.
- Saltitos al despertarse que se comprenden como energía cinética producto del movimiento. No solo activan la circulación, sino un estado de seguridad que te ayudará a afrontar días duros o difíciles.
- Estirarte en algún punto del día te ayuda a liberarte del estrés que vas acumulando de una manera gradual y al final del día no te sentirás tan cansado.
- Ejercicios isométricos que implican tensión muscular sin movernos del sitio. Simplemente contrayendo algunas zonas puntuales también activan nuestra circulación músculos y estados de bienestar.
Con algo tan sencillo como estos movimientos que van desde los músculos faciales hasta movimientos isométricos. Notaremos una mejoría increíble en nuestro día a día de una manera gradual. No es mágico, no va a suceder de la noche a la mañana. Sin embargo, la constancia, nos acercará a la satisfacción. Podría referirme por otro lado al Yoga y otras vertientes, pero quiero mantenerlo fácil y rápido. Algo que puedas hacer en cinco minutos sin mucha parafernalia.